sábado, 24 de enero de 2009

La adicción al drama

El drama es el mayor invento de sadomasoquistas emocionales; el drama es una adicción mas fuerte que a la Coca cola o que al cigarrillo; el drama es un maldito vicio adquirido tras un largo proceso de sobreexposición a las telenovelas, a las historias rosa del cine y a las baladas de Celine Dion. El drama es terrible necesidad que sentimos los seres humanos de que nuestras relaciones amorosas estén cargadas de una alta dosis de dolor; en la que en lugar de alucinar vemos en el otro un reto por conquisto; el enamorar al otro se convierte en nuestra propia y particular cima del monte Everest.


Ustedes estimados lectores se preguntaran porque me atrevo a decir que el drama es una adicción amorosa; un virus que deforma esa extraña vivencia que llamamos enamoramiento, pues me atrevo a decirlo cuando respondo a esta simple pregunta ¿Cuantas veces no le hemos roto el corazón a esa persona que esta enamorada de nosotros por la simple razón que no hay drama en nuestra relación, porque no hay reto, porque no hay dolor? Si la respuesta a esta pregunta es uno eres miembro del horrible club de los come- mierda.

Si señor o señorita el Club de los come-mierda es una asociación de personas que les encanta el dolor en sus relaciones amorosas. Los miembros de este tenebroso club creen (o debería decir creemos) que entre más sufren en una relación más cerca están de la felicidad. Lo peor de esta agrupación es que si lo piensas bien cerca del 80% de la población de la humanidad; todos en algún momento hemos sentido que el drama moviliza nuestras vidas amorosas.

Muchos pensarían que por pensar y vivir de forma melodramática el amor debería ir al psicólogo; pero en mi defensa debo decir que el drama es esa sensación que día a día te hace sentir vivo. El drama es el instinto masoquista que todos llevamos dentro aflorando en su más simple y peligrosa. Es una experiencia simbiótica en la que la experiencia de la vida se hace palpable mientras otro te hace comer mierda solo con la esperanza de que te digan "Te amo", sólo con la esperanza de un "vivieron felices juntos por siempre". En conclusión, el drama es el camino que el destino trazo para que el amor sobreviva junto con las cucarachas tras el holocausto nuclear y emocional.


martes, 20 de enero de 2009

Llego el apocalipsis, el romance ha muerto

En el siglo XXI estamos asistiendo al final del mundo, apocalipsis esta cerca. Se están derritiendo los polos, se están muriendo cientos de especies, se están acabando los bosques tropicales, se están secando los ríos y los lagos y al parecer se esta muriendo el romance. Si señores junto con la esperanza de un futuro mejor se estamos viviendo como el romance desaparece ante nuestros ojos; estamos matando lentamente esta antigua práctica amorosa.

Creemos que ser romántico es sede el puesto en los diferentes sistemas masivos de transporte; creemos que ser romántico es tener sexo en el baño de un bar después de acabar de conocer al próximo y furtivo gran amor. Estamos seguros que los noviazgos más largos son aquellos que duran lo mismo que un yogurt en descomponerse en nuestra nevera. El siglo XXI no solo trajo el iPhone, la extinción de unas cuantas especies y la muerte del romance.

Si señor lector el romance ha muerto; ahora terminamos nuestras relaciones porque tenemos sexo muy pronto o muy tarde; ó porque simplemente nos enamoramos de alguien al cruzar la calle pero lo olvidamos al entrar al cine. En estos días ya son muy pocos los que regalan chocolates y dedican canciones de amor; y lo peor, es que a estos sobrevivientes los perseguimos, los señalamos y los atacamos con la palabra cursi. Si mi estimado lector, en el futuro las ciudades serán pobladas por hordas de solteros que han sido sobreexpuestos a una vida sin romance, todo por culpa de estas actuales generaciones.

La muerte del romance no solo implica la desaparición de una práctica para enamorar, sino también de la forma elegante de terminar las relaciones. Antes todos se debían exponer a la dramática escena del rompimiento; esta era una ceremonia fúnebre en la que era sepultada una relación en medio de una marea de lagrimas, abrazos y en la que una terrible frase retumbaba en los odios de los dos "lo siento, no me odies".

Ahora, en la era de la información y en la que todos estamos conectados a alguna maquina mediante una sola palabra se pone fin al amor; sin abrazos y sin lagrimas. En estos tiempos un simple "terminamos" llega a tu celular en forma de mensaje de texto y en algunos aterradores casos en forma de e-mail. Es una palabra fría que simplemente aparece y pone fin a un sentimiento.

Pero ¿realmente el romance ha muerto o lo que padezco es una neurosis post-apocalitica? y si para desgracia de las próximas generaciones el romance murió esto implica que ¿el próximo en morir es el amor?