martes, 31 de julio de 2007

Alomodovar, entre el Eros y el Tanatos 1


Pedro Almodóvar nació en Ciudad Real el 25 de septiembre de 1949. A los diecisiete años se instala en Madrid solo, sin familia y sin dinero, pero con un proyecto muy concreto: estudiar y hacer cine. Le fue imposible matricularse en la Escuela Oficial de Cine, ya que el general Franco acababa de cerrarla. Al no poder aprender el lenguaje decide aprender el fondo, y se dedica a vivir. A finales de los 60, a pesar de la dictadura, Madrid le ofrece a un adolescente provinciano la ciudad, la cultura y la libertad. Ya en los años setenta escribe guiones de cómic, colabora en revistas underground como "Star", "Víbora" y "Vibraciones".


En el año 1972, comienza a rodar sin parar sus primeros cortos en súper ocho y los lleva de Madrid a Barcelona. Sus cortos, sin sonido y doblados por él mismo durante las proyecciones, se convierten en su escuela como cineasta. Combina sus primeros acercamientos al cine con la escritura. Es así como publica una novela corta titulada Fuego en las entrañas y una fotonovela porno llamada Toda Tuya, además de múltiples colaboraciones en periódicos y revistas: El País, Diario 16 y La Luna.


Al mismo tiempo, Almodovar, forma parte del prestigioso grupo de teatro Los Goliardos. Y comienza también a interpretar pequeños papeles de teatro profesional, donde conoce a la actriz Carmen Maura. También, crea junto a McNamara, un grupo de punk-glam-rock. Este ambiente forma el caldo de cultivo que culminará con su primer largometraje comercial: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), ha esta le siguieron 14 largometrajes como Laberinto de pasión, Matador, Átame, Mujeres al borde de una ataque de nervios, Carne Trémula, Todo sobre mi Madre, Hable con ella, La mala educación y Volver.


Almodóvar muestra en sus películas una España más profunda, de clase baja, que satiriza en su propia vulgaridad. Un claro ejemplo de esto es su película ¿Qué he hecho Yo para merecer esto?, en esta cinta la risa es provocada mediante la ordinariez de los personajes y la exaltación del drama que rodea a los mismos. Todo ello enmarcado en una estética kitsch donde no faltan las imágenes religiosas, los colores ácidos y los fuertes contrastes.

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